Paseas por una de las calles más conocidas de la ciudad. Una de esas que en algún momento ha estado en boca de todo granadino que se precie. De los de aquí, aquí. Es una vía que concentra todo tipo de vecinos, población y visitantes a lo largo del día. Eso sí, según el tramo horario, puedes ver quien esté comprando el pan de buena mañana, bajando al perro al mediodía compartiendo acera con los padres y madres que van a recoger a los niños al colegio. O bien, cuando se acercan las horas golfas, se observa a aquellos que buscan hueco en las pocas terrazas que quedan en la calle. 

En un recodo 

Ahí mismo, escondido en un recodo, está el hotel más estrecho del mundo. Idiosincrasia arquitectónica que le ha valido a este edificio de la calle Molinos, de la cual recibe su nombre, tener un récord Guinness desde hace 28 años. Ubicado en el barrio del Realejo, este hotel es uno de los más conocidos de la zona, es un vecino más. 

En su parte más ancha mide 5,2 metros y cuenta con algo más de 16 metros de profundidad. El Molinos es pequeño, pero pese a eso, en sus nueve habitaciones no se percibe la estrechez. Y para redondear el encanto de este exótico hotel del centro de Granada, desde su azotea ofrece vistas a la loma donde cae el hotel Palace, las torres Bermejas, el Carmen de Rodríguez Acosta y todos los cármenes del Realejo. 

Su precio es, además, asequible. Las habitaciones parten de un precio de 13 euros por persona y en las principales web de reservas y reseñas como Booking tienen comentarios alabando el lugar y el trato así como la ubicación. En cuanto a esto, desde luego, poder alojarte en uno de los barrios de moda de la ciudad, tener acceso rápido a visitar el centro histórico y, por otra parte, poder decir que has pernoctado en un hotel récord Guinness, es un lujo que solo puede ofrecerte Granada.