Un calor que derrite hasta las ideas

Estos calores que estamos pasando te amuerman y te dejan noqueado la mayor parte del día

Las ideas, como los helados, se derriten con el calor. Por lo menos al de la fotillo de arriba le pasa. El otro día me levanté temprano con una idea muy fresca para una columna y a las diez de la mañana ya se me había derretido. Ya no era tan fresca ni tan buena. Hay que tener cuidado con las neuronas en estos días de calores extremos. Me acuerdo que una vez, a mediados de los ochenta, fui a cubrir un suceso en la calle Buen Suceso (tiene riles la cosa). Antes de escribir la crónica el juego de palabras ya estaba asegurado. Resulta que allí, en pleno agosto, un hombre había disparado con una escopeta de cartuchos a un chico que todos los días a la hora de la siesta pasaba a toda pastilla por la calle con su moto con escape libre. Cuando el fiscal le preguntó por qué había disparado, el acusado dijo: “Es que hacía mucho calor y no me dejaba dormir”. Tal como dijo el protagonista de El Extranjero, de Camus, cuando le preguntaron porque había disparado contra un hombre en una ardiente playa argelina: “Porque hacía mucho calor”. No hace mucho los periódicos en agosto se rellenaban con los sucesos porque se suponía que hay una relación directa del sofocante calor con la tendencia a la ira o al enfado espontáneo. Pero estos calores que estamos pasando te amuerman y te dejan noqueado la mayor parte del día. Hasta hace unos años los granadinos aguantábamos bien el calor del día porque por la noche sabíamos que refrescaba algo. Estamos pasando unos días en que la gente cuenta las veces que se ha tenido que levantar para ir al frigorífico a por un vaso de agua. El otro día, el doctor Guillermo Vázquez Mata escribía en este mismo periódico un artículo en el que decía que el calor, además de dejarte ennoclao, también mata, más incluso que el covid y el tabaco. El pasado año fallecieron en España más de 4.700 personas relacionadas con las olas de calor, cifra que año tras año se supera. Una vez le pregunté para una entrevista veraniega a Juan de Loxa donde pasaba el veraneo. Me contestó que en El Corte Inglés, a donde se iba por la mañana y salía a la hora de comer. Yo me reí de su ocurrencia. Ya no me río porque yo estoy veraneando este año en el Mercadona que hay cerca de mi casa. Llevo el carrito de la compra por llevar algo.

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