Más escritores que lectores

Se le ha perdido el respeto a la literatura y ahora cualquiera puede autoeditarse su novela o su libro de ensayo y poesía

Llegará el momento (ya estamos cerca) de que habrá más escritores que lectores, y eso no significará que se lea más, sino que se escribirá más. O sea, que llegará el día que seremos los escritores los que pidamos autógrafos a los lectores. Decía Borges que para escribir un folio había que haber leído cien novelas, ahora se escriben cien novelas sin haber leído un folio. La profusión de escritores es enorme. Y eso que todavía no se ha implantado del todo la inteligencia artificial. Se le ha perdido el respeto a la literatura y ahora cualquiera puede autoeditarse su novela o su libro de ensayo y poesía y sentarse en cualquier caseta a firmar libros. No hay más mercado en una sociedad en la que ni siquiera en los colegios e institutos incitan a leer buenas obras literarias. Antes cuando alguien se ponía a escribir es porque habían pasado por sus manos cientos de libros. No había nadie, por ejemplo, que quisiera ser escritor sin haberse formado culturalmente en el mundo de la literatura y haber leído el Quijote, las novelas de Pérez Galdós o las narraciones extraordinarias de Edgar Allan Poe. Hacía falta una base, un abono en el que poder fructificar las ideas de aquel que quería dedicarse a juntar letras. En esta feria del libro que se está celebrando en Granada rara es la caseta de una editorial que no ha preparado un cartel de firmas para sus autores, quince o veinte supuestos novelistas y poetas que quieren dar a conocer su obra. Digo supuestos novelistas y poetas porque en muchos casos, ni siquiera han leído un texto clásico. Emborronan folios con la intención de que luego todo quede en letra impresa. Hay quienes escribe comentarios en el feisbuq con la idea de que esos comentarios vayan a un libro. Personas que piensan que su vida es muy interesante y creen necesario que sus pensamientos salgan impresos en un libro. Los costes de impresión se han abaratado tanto que la actividad de escribir le gana por goleada a la de plantar un árbol y tener un hijo. Y por eso salen verdaderos churros que ni siquiera entran en la categoría de literatura. Pero bueno, tampoco intento hacer una crítica, porque si alguien deficientemente formado en la literatura quiere pasar su tiempo intentando escribir un libro, pues muy bien, que lo haga. Pero luego que no espere que alguien lo lea. Con que se lo compren los amigos y familiares ya tiene bastante.

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