Crónica

Granada acoge una Noche en Blanco en escala de grises

Un concierto improvisado en mitad de las calles de Granada.

Un concierto improvisado en mitad de las calles de Granada. / Antonio L. Juárez / Photographerssports

Más gente en los bares que en los espectáculos. Ese simple cálculo podría resumir la Noche en Blanco de este año, marcada sin duda por las precipitaciones con las que arrancó el sábado –y que se prolongaron casi hasta el inicio de la cita– y las consecuente caída de las temperaturas, que invitaban sin duda a resguardarse al calor de una cerveza, o un refresco, que en al frío de la calle. El sábado comenzó en Granada con el gris de las nubes en el cielo y terminó con una noche que más que blanca, fue gris.De entrada, las actividades fijadas para la mañana tuvieron que ser canceladas a causa de la lluvia, y la organización hizo un all in con la tarde. Le salió mal.

La imagen de la Plaza de las Pasiegas, encargada de acoger el concierto inaugural, a cargo de la Banda Municipal, dejaba bien a las claras que, al menos este año, la ciudad no se ha volcado con la cita. Así, salvo las sillas colocadas a los pocos metros del escenario, en el resto de la plaza los huecos eran más que evidentes, de hecho en algunos momentos era casi posible contar la afluencia de personas allí presentes. Todas de cierta edad, algo típico para un concierto con canciones de Concha Piquer y una banda con canciones instrumentales (aunque no faltó quien le puso letra, dándolo todo).

A pocos metros de allí, en Bib-rambla, el ambiente era diferente. Esta zona parecía estar reservada para los granadinos más jóvenes, y para ellos se había preparado el tradicional pintacaras, además de una pequeña obra de teatro (los niños y niñas, insensibles al frío, no dudaron en sentarse en el suelo para ver la función) y el no menos tradicional tiovivo, que no entiende de noches ni de colores.

El público infantil fue, sin duda, el más fiel de esta noche, escuchándose gritos de “vamos mamá” en las calles aledañas para no perderse el turno a la hora de pintarse la cara o disfrutar de los talleres.Siguiendo con los contrastes, a pocos metros de Bib-Rambla, un nuevo cambio. El Granada CF había dispuesto un DJen la entrada de su tienda en Puerta Real, congregando a varios de los transeúntes, habiendo incluso quien se atrevió a marcarse unos pasos de baile, algunos con más fortuna que otros. La música creaba en esta zona de Granada un ambiente de rave, a lo que también ayudaba el puesto de la Policía Local en las puertas del Burguer King, donde invitaban a hacerse pruebas de alcoholemia a quien lo desease, incluso a subirse en el coche patrulla. Todo muy cultural.

Acera del Darro abajo, la Feria del Libro seguía con sus últimos capítulos, con Luis García Montero como uno de los invitados estrella. Y, más abajo aún, en Palacio de Congresos, empezaba a sonar la música, pero no era Saiko, como el jueves, y las comparaciones son odiosas. Salvo algunos fieles que lo daban todo al ritmo de MClan, la situación en la explanada era muy similar a la de Pasiegas, con grandes claros.

Ya llegando a la medianoche, tocaba decir adiós. Los pocos granadinos que habían decidido disfrutar de la cultura que le ofrece su ciudad emprendían el camino a otro lugar, quizá a cenar, quizá a disfrutar de Ganivet, que pillaba cerca. Sea a donde sea, con su marcha se ponía fin a esta edición de la Noche en Blanco, con más sombras que luces, que más que blanco ha sido, como decíamos, de un tono gris, con unos tonos

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